Nombre: Gabrielle
Avatar: Alessandra Ambrosio
Edad real: 150 años
Edad aparente: 24 años
Raza: Ángel caído
Poderes: Vampirización: Habilidad que permite substraer las habilidades y/o súper poderes de otros seres dejando al individuo sin súper poderes. Durante un lapso de tiempo.
Maldicion: Habilidad en la cual al ser invocada, el enemigo, cae en un dolor incontenible, es aturdido , y por unos minutos no se puede mover.
Hurto de energía: Roban energía del enemigo.
Debilidades: al robar poderes de los demás en ocasiones puede adquirirlos pero no sabe como manejarlos y termina todo siendo un caos, de tal forma que se tiene que alejar de la persona, dejándole sus poderes de nuevo.
Bando: neutral
Descripción psicológica: es una chica bastante alegre, siempre se ríe y le gusta que todos la consideren por lo menos alguien que es buena para escuchar, aunque a veces puede enojarse con cierta facilidad, pues suele ser intolerante a las reglas y órdenes, pues se ha arriesgado y perdido su anterior lugar para gozar de alguna libertad, que no perderá con facilidad, cuando alguien logra entrar en su corazón como un amigo o lo que sea, ella entonces se va a alejar de esa persona por el miedo que puede pasar cuando lo pierda por algún motivo, las pérdidas no le gustan, así que prefiere sufrir antes a guardar más cariño o amor por alguien.
Descripción física: es una chica alta, delgada, curvilínea, de piel trigueña, el cabello le llega por debajo de los hombros, en ocasiones se lo alacia, pero es generalmente con ondas, es castaño con algunos toques en dorado, ojos color café, labios medianos y nariz recta, tiene dos cicatrices en la espalda de cuando perdió sus alas.
- Spoiler:
Manías y fobias: como manía tiene comer paletas de dulce y hacer ejercicio. Fobias no hay un miedo tan grande que le cause fobia, ha probado los dos bandos y sabe de lo que es capaz uno y otro
Armas: ninguna
Extras y anexos: es una chica agradable que le gusta la buena lectura y la música, generalmente le gusta escuchar a la gente.
Historia:
Gabrielle era una chica bastante buena, bastante agradable y bastante sincera, pero no por eso estaba exenta de lo que le pudiera pasar y caer en una tentación, nadie es perfecto, al menos no ella, ser buena siempre era lo mismo y siempre pensaba que todo iba mal y que no podía hacer nada, era feliz, pero eso no le bastaba, todo le parecía un poco aburrido, es que hacer todo bien, todo perfecto, seguir reglas podía traer felicidad pero nunca dejaba de pensar que hacer algo por ella misma podría ser interesante, sin embargo, no la dejaban.
Cayó en los poderes de un humano, que se supone debía cuidar, ella había tomado ese cargo porque quería estar un poco lejos de los ojos de aquél que tan misericordioso parecía, el humano le empezó a interesar y ella rebeló su identidad, el cual fue su primer error pero lo hizo porque dijo que la ayudaría a divertirse, su diversión era el pecado, uno en donde los humanos siempre pueden perderse, la vanidad, ella había ocultado sus alas para poder estar en la tierra y hacer su trabajo pero esto no fue suficiente, el chico la inmiscuyó en su mundo, su círculo social, su vida, todo lo que él tenía, Gabrielle lo vio y lo vivió… el cual fue su peor error, el modelaje, y uso de su cuerpo, mostrándolo a los demás hizo que la ira de Dios se desatara y no la dejaran volver al cielo, desde entonces ella se dedica a vagar en la tierra, en ocasiones ayuda y en otras más maldice, su coraje contra todo en ocasiones puede salir a flote pero siempre intenta ser tranquila, no por el bien de los demás si no por el suyo propio, trata como la tratan, así que puede ser todo lo dulce que se proponga pero también puede ser malvada, aunque a veces no le sale con éxito, ya que su naturaleza principal, puede ser un estorbo.
En su vida en la tierra a veces modela dejando a un lado los criterios que le marca el cielo, pues ya no es su vida, ya no es su casa, aunque a veces la extraña, sin embargo prefiere mantenerse en la tierra y poder decidir que es lo que quiere hacer, es lo que siempre quiso y ahora la tiene, no le interesa volver a subir pero tampoco quiere bajar así que mantiene una línea delgada entre el bien y el mal que cuida para que no se quiebre.